Por José Royo
La Casa 12 nos remite al mundo de lo invisible e intangible, a procesos introspectivos y a experiencias ajenas a nuestra voluntad sobre las que no tenemos control. Se entiende pues que para la astrología tradicional muchos de los asuntos relacionados con la Casa 12 se considerasen oscuros y amenazantes, tal y como ilustra un popular manual de astrología en donde se dice:
“Casa XII – Los problemas y preocupaciones, las tristezas y pruebas, la fatalidad, las enfermedades graves que necesitan hospitalización, las pérdidas de libertad, las cárceles y asilos, el crimen, las traiciones, las cosas ocultas, los enemigos secretos los complots, las emboscadas, los trabajos sucios, la soledad, el exilio, la vida oculta, el desapego de las cosas materiales, el renunciamiento, la evolución interior, el suicidio, el vicio.”
Entre las descripciones anteriores apenas podemos distinguir un par de conceptos positivos. Es cierto que otras fuentes incluyen cualidades para esta casa como “la meditación”, “la iniciación trascendente” o la “comprensión última”, pero siempre en medio de calificativos como “esclavitud”, “autoaniquilación”, “pecados de acción y omisión”, “enfermedades crónicas” y otras lindezas por el estilo. No es extraño pues, que quienes tengan planetas en la Casa 12 de su tema natal y tomen literalmente estas descripciones, puedan experimentar inquietud y ansiedad ante ese tenebroso panorama de amenazas y peligros ocultos.
Afortunadamente en el pasado siglo la astrología moderna desarrolló una comprensión más sutil de los factores astrológicos, gracias en parte a las aportaciones de la psicología emergente que proporcionó un mejor conocimiento de la psique humana y del papel fundamental del inconsciente en las experiencias vitales. En esta visión renovada de la astrología no se ponía el acento en los acontecimientos externos, atribuidos comúnmente al destino, sino en entender aquello que los generaba. La astrología moderna no renegaba de los conceptos tradicionales, pero planteaba que podían entenderse desde una nueva perspectiva, poniendo luz a cuestiones anteriormente misteriosas o inexplicables. Por ejemplo “las enfermedades crónicas” relacionadas con la Casa 12 eran atribuidas al destino o la mala suerte, pero hoy día sabemos que muchas enfermedades están relacionadas con estados emocionales y conflictos inconscientes no resueltos. Igualmente “los enemigos ocultos”, también asociados la Casa 12, pueden estar relacionados con determinados sentimientos y actitudes inconscientes que son captadas por otras personas, generando su hostilidad o enemistad.
La Casa 12 representa el inconsciente individual que está vinculado y forma parte del inconsciente colectivo, entendido éste como una memoria colectiva atemporal de la que somos receptores y a la que nutrimos con nuestros propios pensamientos, sentimientos y anhelos. Quienes tienen planetas en esta casa suelen mostrar una particular sintonía con las necesidades latentes del inconsciente colectivo y frecuentemente se convierten en canales de dichas necesidades a través del arte, el activismo social, la religión, la moda, la música u otras vías de inspiración.
En un plano más personal la Casa 12 se la relaciona con el periodo intrauterino y las vivencias registradas durante la gestación. Los emplazamientos planetarios en esta casa aportan informaciones sobre lo experimentado por el feto durante la permanencia en el útero materno, lo que puede darnos pistas sobre determinadas conductas inconscientes y estados emocionales en la vida presente. Esta casa también representa los vínculos kármicos colectivos con otros seres y la invisible cadena de valores y asuntos no resueltos que forman parte de nuestra saga familiar, de nuestra etnia o incluso de la humanidad entera.
Algo específico de la Casa 12 son las experiencias de aislamiento deliberado u obligado, y se vincula con hospitales, prisiones, monasterios de clausura, retiros, lugares de reclusión, etc. De una u otra manera la Casa 12 nos invita a aislarnos para favorecer un encuentro con nosotros mismos. Cuando evitamos esos necesarios espacios introspectivos, es muy posible que aparezcan circunstancias que nos lleven a un retiro obligado a través de enfermedades, prisión u otras situaciones limitadoras. De alguna forma es como si nuestra sabiduría interna dijese “Como no te paras a escuchar lo que hay en tu interior, debo generar una situación que te ayude a ello”. Esto es especialmente frecuente en los periodos en que Saturno transita la Casa 12, aunque puede haber otros tránsitos o progresiones, así como factores natales que apunten en esta dirección.
A la Casa 12 se la ha llamado la “casa del karma” por representar asuntos que quedaron inacabados en una encarnación anterior. En realidad no puede decirse que el karma esté representado por tal o cual casa o planeta, pues el concepto de karma hace referencia al resultado de nuestras acciones pasadas y presentes y está representado en toda la carta astral. No obstante, los planetas que se encuentren en la Casa 12 y el planeta regente de esta casa indican significativos centros de interés o actuación en anteriores vidas; mientras que los aspectos que reciban dichos planetas señalan cómo fueron utilizadas estas energías en el pasado. En definitiva, la Casa 12 revela conflictos que presionan desde el inconsciente para ser tratados, pero también nos revela cualidades que traemos de otras vidas que pueden servirnos para nuestra evolución actual.
Otra cuestión de interés será observar las cúspides de las casas que se encuentran a ambos lados de la Casa 12. Sabemos que un signo puede estar ocupado por más de una casa, y cuando las cúspides de las casas 12 y 1 se encuentren en un mismo signo, determinadas conductas y sentimientos inconscientes se manifestarán a través del Ascendente y deberemos afrontar de forma ineludible algo que quedó pendiente en relación al signo implicado. Mientras que si las cúspides de las casas 12 y 11 se encuentran en el mismo signo, es probable que existan situaciones inconclusas o deudas kármicas a resolver relacionadas con amistades o grupos afines.
Existen teorías acerca del vínculo entre las cartas natales de las sucesivas vidas y diversas fuentes señalan que el signo de la Casa 12 natal correspondería al Ascendente de nuestra anterior vida, pero hay quienes opinan que la Casa 12 se relacionaría con el Sol o la Luna de la encarnación anterior. Aunque cada cual argumenta y defiende su postura, por el momento no hay resultados concluyentes al respecto.
Donde sí hay consenso es en considerar que la Casa 12 es reveladora de la conexión con el mundo astral y la percepción de las entidades y energías sutiles no visibles que nos rodean. Seamos o no conscientes de ello, la sensibilidad a las vibraciones de ciertos lugares en que existen residuos energéticos del pasado influyen en nuestro campo áurico, y será recomendable adoptar una actitud receptiva que nos permita “darnos cuenta” de la cualidad positiva o negativa de las energías que percibimos para proceder según convenga.
Para sintonizar con la Casa 12 es necesario cerrar los ojos y sumergirnos en las vivencias y sentimientos que residen en nuestro interior. Probablemente la forma más efectiva de acceder a la Casa 12 sea a través de la práctica meditativa. Pero las visualizaciones guiadas, determinadas substancias psicotrópicas, el trabajo con los sueños u otras vías introspectivas, también serán medios eficaces para conectar con los contenidos de la Casa 12. El acceso a esta casa es vital para nuestro equilibrio y evolución, pues en el universo de nuestro inconsciente se ocultan cualidades y tendencias personales que debemos identificar e integrar si no queremos ser esclavos de ellas. Ya en el plano más transpersonal, la Casa 12 es el escenario privilegiado para el encuentro con la Esencia divina que existe en nuestro interior, y la vivencia elevada de esta casa nos predispone a la experiencia mística de disolución del yo individual en un Todo mayor…
© José Royo
Girona, 2018