Por José Royo
Signo ascendente y signo solar
En varias ocasiones te habrán preguntado “de qué signo eres” y también es posible que se hayan interesado por saber “cuál es tu Ascendente”. Estas preguntas se utilizan frecuentemente para establecer contacto y mostrar interés hacia la otra persona. Sin embargo no siempre se conoce cuál es el significado y función del signo ascendente, ni en qué se diferencia del signo solar (lo que popularmente se conoce como “el signo del horóscopo”).
Para aclarar estas cuestiones, hay que saber que el Ascendente es un punto que se sitúa en un determinado signo al que se denomina signo ascendente, mientras que el Sol es un cuerpo celeste que se sitúa igualmente en un signo que es llamado signo solar.
Decir coloquialmente que alguien es de tal o cual signo, es lo mismo que decir que tiene el Sol en ese signo. En su ciclo anual el Sol cambia de un signo a otro alrededor del día 21 de cada mes, por lo tanto todas las personas nacidas en ese intervalo de unos treinta días comparten un mismo signo solar.
Mientras que la ubicación del Ascendente depende de la hora y lugar de nacimiento, pues está en relación directa con el movimiento de rotación de la Tierra en 24 horas. En términos simples el Ascendente puede definirse como “el punto del Zodíaco que aparece por el horizonte al Este en el momento y lugar de nacimiento”. Al depender del movimiento de rotación terrestre, personas nacidas el mismo día pero a diferentes horas y/o lugares pueden tener como Ascendente cualquiera de los doce signos.
El cálculo manual del Ascendente es algo laborioso y se requieren tablas especializadas. Pero existen numerosos sitios en Internet (como www.astro.com o www.carta-natal.es) donde podemos obtener fácilmente esta información. Tan sólo deberemos introducir el lugar, fecha y hora de nacimiento (lo más exacta posible), y la aplicación nos dará la ubicación del Ascendente e incluso toda la carta astral calculada.
El Ascendente señala siempre el inicio de la Casa 1. Los posibles planetas en conjunción con el Ascendente y en esta Casa 1 son significadores de la personalidad externa.
El Ascendente y su relación con el Sol
En lo que se refiere a su significado, el Ascendente representa nuestra personalidad externa y los valores que condicionan nuestra forma de ver el mundo. Indica cómo nos presentamos a los demás, cómo iniciamos una relación, un proyecto o cualquier otra cosa. Está relacionado con nuestra apariencia externa y simboliza aspectos de nuestra personalidad que suelen ser visibles para los demás.
Mientras que el emplazamiento del Sol en el tema natal, simboliza nuestro yo interno o ego esencial y se relaciona con nuestro propósito existencial y la voluntad de vivir. A pesar de su importancia el signo solar no siempre está a la vista en un primer momento, aunque su mayor o menor visibilidad dependerá de diversos factores cuya exposición excede el marco de este artículo. Metafóricamente y de forma resumida podríamos decir que el Ascendente es como el rostro que mostramos, mientras que el Sol sería algo así como el corazón de nuestra carta natal.
Algunos autores también se han referido al Ascendente como a “la máscara que oculta al verdadero yo”, pero sería más exacto definirlo como el “instrumento que utiliza el yo interno, para conectar con la vida y evolucionar”. En este sentido Stephen Arroyo en su Manual de Interpretación del Tema Natal, refiriéndose al Ascendente dice:
“(...) esta imagen de la personalidad que ven los demás no se proyecta de forma deliberada: es automática. Además tampoco es superficial en el sentido que dan numerosos textos astrológicos a esta palabra. El Ascendente siempre indica algo esencial sobre el individuo, algo que es profundamente interno y también externo”.
Diversas escuelas y astrólogos relacionan el Ascendente y la Casa 1 con el nacimiento y la primera infancia. Esta asociación tiene sentido, pues el Ascendente es como “la puerta” que utilizamos para relacionarnos e interactuar con el entorno, es la energía con la que “entramos en el mundo” y nos “abrimos camino” en la vida, y esto es algo esencial en esas primeras etapas de nuestra existencia en que se impone un impulso instintivo de explorar y descubrir el mundo.
Probablemente es por ello que el signo del Ascendente suele ser más evidente que el Sol en niños y adolescentes. Esto es algo que podemos comprobar fácilmente observando el comportamiento y actitudes de nuestros hijos u otros niños con los que tengamos una relación cercana. En esos periodos iniciales de la vida el Sol se va filtrando a través del Ascendente y llegará a su pleno brillo en la etapa adulta.
Pero en la práctica ambos signos –signo ascendente y signo solar– están en interacción y puede emerger uno u otro con más o menos fuerza. A veces Ascendente y Sol están en signos compatibles que cooperan entre sí, pero otras veces puede haber tensión entre los deseos y aspiraciones internas del signo solar y las manifestaciones externas del Ascendente. Por ejemplo, alguien puede tener un Ascendente Sagitario expansivo y optimista, y un Sol en Capricornio cuya energía es seria y prudente. O alguien puede tener el Ascendente en un signo emocional y su Sol en un signo mental, lo que señalará contradicciones entre lo que siente y lo que piensa…
Lo anterior no es una cuestión menor, y para disfrutar un nivel aceptable de felicidad en nuestras relaciones y en la vida en general, necesitaremos establecer una colaboración armónica entre el Ascendente y el Sol. Idealmente, en la etapa adulta las manifestaciones e iniciativas expresadas por el Ascendente deberían estar al servicio del propósito existencial simbolizado por el Sol. Esto puede parecer algo abstracto o difícil, sobre todo cuando se trata de energías contradictorias. No obstante ello es posible si reflexionamos en las cualidades superiores de cada uno de los signos zodiacales implicados y nos esforzamos por expresarlos tan elevadamente como seamos capaces.
Cabe añadir que aunque el Ascendente y el Sol son dos factores clave, para un análisis integral de la persona siempre deberemos basarnos en la globalidad de la carta astral que está compuesta por doce signos, diez planetas y doce casas, además de otros factores. El estudio astrológico revelará una información valiosa para nuestro autoconocimiento que ninguna otra disciplina o técnica puede proporcionarnos con las misma precisión e inmediatez.
© José Royo
Girona, 2017